Causas de la delincuencia juvenil y su prevención

Causas de la delincuencia juvenil y su prevención

Escrito por: Lucia Ibarguengoytia Cortazar

A lo largo de los años se han estudiado y propuesto muchos factores que podrían explicarnos las causas que provocan la delincuencia juvenil, tales como factores correspondientes a la genética, la biología, la psicología, la situación económica, social o familiar del menor delincuente y sus carencias educativas o afectivas. Hay diversas teorías explicativas de esta clase de delincuencia:  

Teorías biológicas, son las más antiguas, fijándose en los rasgos físicos y psicológicos del sujeto.  Teorías psicológicas, dentro de estas puede decirse que hay dos grupos, Los que se centran en el individuo y otras que lo relacionan con la sociedad en que viven. Teorías sociopsicológicas, estas parten de la vinculación entre el medio ambiente y la persona que interacciona con él y afirman que la delincuencia es un fenómeno aprendido.  

Teorías sociológicas, consideran que la causa de la delincuencia juvenil se encuentra fuera del individuo, en el ambiente o medio social.

Teorías integradoras,  estas encierran  todas.  

Creo que el individuo en general es un ente biopsicosocial, como ya lo señalamos anteriormente, consideración de la cual el joven no queda excluido, ya que todo influye en su comportamiento, lo que en mi opinión determina una multiplicidad que causa su compartimiento, mismas que pueden ser atendidas, exploradas y explicadas por diversas disciplinas.    

Ahora bien la prevención consiste en una acción social que tiene por objeto evitar la aparición de fenómenos o conductas potencialmente peligrosas y se contrapone al control, que implica reaccionar frente al delito cometido.  

Podemos distinguir tres clases de prevención, las primarias, que se concentran en estrategias dirigidas a aumentar el bienestar  a grupos o individuos; las secundarias, son las que detectan problemas o conductas que, de no impedirlas, podrían derivar en la comisión habitual del delito, y por ultimo las terciarias, estas son las que se dirigen a los jóvenes que ya han entrado en contacto con el sistema policial y legal por haber delinquido, siendo su finalidad la de prevenir la aparición de futuros comportamientos delictivos. Aunque es menester hacer notar, que en estricto sentido, solo las dos primeras constituyen labor preventiva.   

La prevención debe actuar coordinadamente en dos planos. Uno, es el estructural, pretende cambiar las condiciones sociales generadoras o, por lo menos favorecedoras de las conductas desviadas.  El otro, el individual, orienta su actuación al concreto joven y su familia, ayudándole a descubrir los aspectos negativos de sus actitudes y acciones, así como facilitándole los recursos necesarios para superarlos.  

Entre las actuaciones preventivas para erradicar o disminuir la delincuencia juvenil, cabría citar la vigilancia policial, las medidas físicas de prevención del delito, o la disuasión entre otras. Pero sin duda, los programas que mayor eficacia están llamados a alcanzar, por lo menos teóricamente, son aquellos que centran su actuación en dos escenarios: la familia y la escuela.  También  actúa en prejuicio de ellos,  el mercado laboral, la experiencia nos muestra que la falta de empleo o de la esperanza de conseguirlo influye en los niveles de delincuencia juvenil. La educación moral, la del carácter, la clasificación de los propios valores, y la enseñanza de habilidades cognitivas interpersonales o sociales exigen programas específicos a desarrollar principalmente en los ámbitos familiares y escolares.

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